jueves, 19 de junio de 2008

De Vuelta...

Y conpekasyaloloko.blogspot.com resucita. Al menos momentáneamente y movido por el inconmensurable empuje de la lectura de un libro. Sí, de un libro. Un libro grandioso.




“Siempre he sospechado que la amistad está sobrevalorada. Como los estudios universitarios, la muerte o las pollas largas…”.



Así de sentenciosas son las primeras líneas del libro para pasar a relatar de este modo:


“… Los seres humanos elevamos ciertos tópicos a las alturas para esquivar la poca importancia de nuestras vidas. De ahí que la amistad parezca representada por pactos de sangre, lealtades eternas e incluso mitificada como una variante del amor más profunda que el vulgar afecto de las parejas. No debe ser tan sólido el vínculo cuando la lista de amigos perdidos es siempre mayor que la de amigos conservados. El padre de Blas solía decirnos que la confianza en los otros era un rasgo del débil, pero claro, cualquier asomo a la humanidad era para él poco menos que una mariconada. Coronel en la reserva de consentida inclinación nazi, no concedíamos demasiado valor a sus opiniones. En el fondo sonaba más sabio lo que un tirado en una taberna nos gritó un día: “Yo a mis amigos no les cuento mis penas; que los divierta su puta madre”. La amistad siempre me ha parecido una cerilla que es mejor soplar antes de que te queme los dedos y, sin embargo, aquel verano no habría podido concebir los días sin Blas, sin Claudio, sin Raúl. Mis amigos”.









‘Cuatro Amigos’ es el segundo libro de David Trueba, segundo que cae en mis manos aunque no en orden de creación. Sin pretensiones de hacer una crítica literaria, este fragmento sólo pretende recomendar su lectura y ser un esbozo del cúmulo de sensaciones. Cinco amigos cuales cinco días que han transcurrido desde la lectura de la primera línea. Sencillamente una historia que consigue meter las pestañas, la vista, el pensamiento y la propia mente del lector en el viaje de cuatro amigos en el que se perfila el mejor verano de sus vidas. Lejos de ser una historia adolescente, Trueba consigue contar una historia absurda en cantidad de sus vertientes y hacerla sentir real, creíble y veraz, un viaje a lo más íntimo de sus personajes y del propio lector.



“De vuelta a casa, con la feliz compra, Claudio y yo jugábamos a bautizar nuestra aventura: la gran ruta cochina, viaje al centro de las piernas, la vuelta al culo en ochenta días, veinte mil leguas de viaje subnormal…”


La mejor aportación de la historia es la proximidad de los personajes, descripciones sutiles y certeras que dejan vislumbrar en dos pinceladas el perfil de estos, todos ellos perfectamente definidos y diferenciados sin necesidad de párrafos enteros que hablen sin hablar por el mero placer de la descripción: ”El padre de Blas nos recibió en calzoncillos y camiseta, su indumentaria habitual en agosto, de un blanco salteado de lamparones. Se encontraba en plena sesión de gimnasia, por lo que la madre había apartado los miles de objetos de cerámica apiñados en el salón para que su marido al hacer la bicicleta o ejecutar el molinillo con los brazos extendidos le rompiera el mínimo de cosas posible”.



El diálogo, de la misma manera, es un arma exacta y certera que ayuda a definir y centrar personajes y sensaciones: “Desde la muerte de Klaus echo de menos la compañía de un perro. Entre nosotros, para mí era mucho más de la familia que mi mujer o Blasón”.



Pero dejando a un margen las descripciones en exceso críticas, ‘Cuatro Amigos’ permite hacer un recorrido por las vidas de personajes, que terminan perfilándose en, prácticamente, personas que trasladan sus miedos, sus inquietudes y sus excesos en discursos que se antojan cercanos y totalmente comprensibles. Desde las ansias de ‘libertad’ que ofrece la vida de soltero entre amigos, la renuncia a vivir la vida de una manera no deseada aunque se viva de modo no deseado y sin rumbo fijo, el sexo, el alcohol, las responsabilidades, el abandono de la juventud tomando un rumbo desconocido, el amor. Ingredientes exactos en una historia inexacta con personajes inexactos en sus decisiones, que dejan sobre el papel el hombre en su propia complejidad.



Tal vez este sea uno de esos libros que dicen que hay que leer en un momento determinado de la vida. Nunca supe qué querían decir con ello. Sin más razones, sólo con pretensión de lanzar al mundo las historias que Trueba regala y me encanta recoger, ‘Cuatro Amigos’, uno de los únicos libros que me ha hecho tener la lágrima al borde del ojo en su último capítulo prácticamente al completo. Por si alguien duda de la maravilla de leer un libro.









Aldonza Lorenzo










Pd: -¿Escribir?

- Una novela. Son pequeños fragmentos, recuerdos, diminutas historias. algo así cpomo esas ideas que te asltan de pornto y lasa apuntas en una servilleta.- A nadei se lo había confesado hasta entonces.

- Suena bonito- Supe que mentía.



('Cuatro Amigos', David Trueba)

2 comentarios:

Shangri-la dijo...

Hola. Te invitamos a visitar nuestra revista sobre cine y literatura. Un saludo.

Anónimo dijo...

(Y)(Y)(Y)(Y)