Resulta que las cosas nunca salen como esperas.
Resulta que nunca puedes comprarte el videojuego que más ansías por falta de solvencia; resulta que acudes tras mucho tiempo al estreno de una obra y, contra todo pronóstico, no es la tuya; resulta que justo en tu día de descanso alguien tiene la brillante idea de ubicar dos clases sorpresa...
Resulta, siempre resulta.
9.00 horas. Un encantador anciano en el centro de la Plaza Mayor de Madrid. Su mano cerrada sobre una bolsa de plástico anudada. La introduce en la bolsa y a continuación vierte unas cuantas migas de pan sobre el enlosado. Espera. Dos palomas que pasean tranquilamente observan el manjar - el anciano espera impasible- pasean - el anciano permanece-, lo pisan y echan a volar. Impertérrito, el anciano anuda de nuevo su bolsa y echa a andar camino de cualquier calle más allá de una espera que se había extendido desde que desmenuzó los trozos de pan hasta su salida, vencido, por los arcos de la plaza.
Quizá por ello sea mejor olvidar cualquier posible sencilla multiplicación y optar por las letras... o por la música o por el paseo matutino que, a finde cuentas, te despeja las ideas y permite ver que no eres el úncio al que, un día más, no le salen las cosas como esperaba.
Nuestra peculiar batalla contra los Titanes.
http://www.youtube.com/watch?v=3ZHSGckREdY
Aldonza Lorenzo
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