El señor Koreander movió la cabeza.
- Toda Historia es una historia Interminable. - Dejó vagar la mirada sobre sus muchos libros, que llegaban por las paredes hasta el techo, y luego, señalando con el mango de la pipa, continuó:
- Hay muchas puertas para ir a Fantasía, muchacho. Y hay todavía más libros mágicos. Muchos no se dan cuenta. Todo depende de quién coge uno de esos libros.
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